sábado, 19 de julio de 2014

Vivir sobreviviendo, entre locos.

El proceso creativo es arduo, ya no por falta de inspiración, que podría ser, sino más bien por rendición, que podría ser mi caso. A veces tenemos tantas cosas que decir, que no hablamos, no escribimos, simplemente pensamos, nos cuesta equilibrar nuestros pensamientos con un orden y más a las personas caóticas. A veces, también puede ser un proceso complicado porque otros problemas nos ahogan hasta el cuello y nuestra mente, que en su tiempo libre está maquinando algo, está obsoleta por esos problemas y nuestro tiempo de tranquilidad lo único que queremos, es tranquilidad, no desnudarnos frente a un folio que a veces ni llora con nosotros. Al paso del tiempo uno descubre que se va armando con más armaduras, hablo de crecer, el dolor nos orla, el dolor nos hierra como una espada a fuego y martillo, mata al niño que llevamos dentro, nos hace más insensibles, o quizá no, quizá, simplemente hace parecernos más duros pero en nuestro interior estamos llorando, y nuestra cara es el reflejo del alma, quizá por eso, en nuestro día a día, vemos tantas caras apagadas y angostas y al intentar conversar con esas personas se llenan la boca de palabras ásperas, pero si indagas, descubres que sufren igual o incluso más, ya que llevan a cuestas innumerables historias, innumerables dolores, innumerables traumas, innumerables ilusiones rotas, ya que, todos tenemos ilusiones pero la vida se encarga de romperlas poco a poco, de demostrarnos que los idealistas somos fusilados, o quizá no es la vida, sino las personas.



Todos mantenemos cuantiosas conversaciones a lo largo de nuestra vida con muchas personas distintas y diferentes, totalmente opuestas, pero uno concluye algo en común, todos intentan vivir de la mejor manera pero sólo intentan sobrevivir como mejor saben. Ha habido un cambio, que a mi parecer es debido, en parte, a la sobrepoblación, y por otro, a la globalización capitalista, ése cambio que acabo de citar es una deshumanización y una despersonalización, una falta de símbolos, de valores y de sentimientos, todo éso ha sido sustituido por una meta, por el dinero, sin dinero no se vive, el sistema nos la ha jugado tan bien que si no eres capaz de conseguir dinero te tacha de perdedor, de incapaz, de inútil. Nos han educado para vivir así, nos han  manipulado tanto, que ya ni somos capaces de verlo, han sido capaces de inculcarnos inconscientemente, un modo de vida, que de estar cuerdos y seremos, lo rechazaríamos totalmente, pero nos hemos vuelto locos en un psiquiátrico. Ya lo llevamos dentro, desde que nacemos, desde que somos niños, por eso, mamá siempre nos dice: es lo que hay, no quiere que su hijo sea un desbocado, no quiere que su hijo sea un inútil, un perdedor para esta sociedad, quiere que seas, un loco más.


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