sábado, 7 de agosto de 2021

Goteras en la coraza

Con la sensibilidad a flor de piel, vertiéndose mi dolor, volviéndome puro miedo.

Evadiéndome frente al vacío, e incapacidad sin la evasión.

Si mi corazón late fuerte, y aún me siento apagado,

late profundo, y aún siento que me hundo cuando alguien tiene el poder de dañarlo.


Goteras que sangran a través de las oquedades del alma.

Y me convierto en puro dolor, en todo lo contrario que anhelo.

Y me convierto en puro miedo, en todo lo contrario que abandero.

Pero la coraza quiebra, frente a la inmovilidad temporal,

porque todo está ya predeterminado, hasta nuestra esencia;

presas del rendimiento, viviendo la ausencia del eros, 

nadie se cuestiona nada acerca de la privacidad e intimidad,

nos exponemos a nosotros mismos, nueva moneda de cambio;

en estado de shock constante, 

sobreinformación y sin capacidad de procesar;

la contemplación se ha secado por el calor del agobio.


Casi tétrico el retrato de la exhibición, 

Postmodernismo. 


viernes, 6 de agosto de 2021

Tiempos modernos.

Dolor. ¿Dónde te encuentras? Atrapado en el presente eterno, inhabilitado el sueño del futuro.

¿Cómo exponerme a mí mismo frente al folio que no llora conmigo? Y justo ahí recuerdo, que pocos tienen la dicha de llorar frente a alguien, por lo que ello supone, romperse. 

¿Qué clase de vacío atemporal es éste? Donde reina lo efímero, volátil y cenizo. Lo externo no existe sino como una extensión de nosotros mismos a causa de la ruptura con el otro. ¿Es ésto hacerse mayor?

Las barreras y murallas cada día son más anchas, cada vez nos escondemos mejor en nosotros mismos.