miércoles, 23 de diciembre de 2020

La noche erró por los rostros cansados
de un ritmo, de un horario, sin un por qué
Y el sol teñía de belleza el cielo
que por lo menos, algunos pocos veían.

El romanticismo quedó en la inocencia del iluso,
el amor en el tintero y en la pluma miedo.