sábado, 10 de septiembre de 2022

Divagaciones

Camino al desahogo, parada en abandono;

encuentro que imploro, en la orilla mi lloro.

Sueño del tonto en un paraje inhóspito;

yermo el color, antónimo del pálpito.


Encrujijadas de una vida, prisa instintiva;

parece mentira que el tiempo nos persiga. 

¿Quién es dueño de tu dicha? 

Se preguntó al espejo, a pesar, 

de que la conciencia es propia.

sábado, 7 de agosto de 2021

Goteras en la coraza

Con la sensibilidad a flor de piel, vertiéndose mi dolor, volviéndome puro miedo.

Evadiéndome frente al vacío, e incapacidad sin la evasión.

Si mi corazón late fuerte, y aún me siento apagado,

late profundo, y aún siento que me hundo cuando alguien tiene el poder de dañarlo.


Goteras que sangran a través de las oquedades del alma.

Y me convierto en puro dolor, en todo lo contrario que anhelo.

Y me convierto en puro miedo, en todo lo contrario que abandero.

Pero la coraza quiebra, frente a la inmovilidad temporal,

porque todo está ya predeterminado, hasta nuestra esencia;

presas del rendimiento, viviendo la ausencia del eros, 

nadie se cuestiona nada acerca de la privacidad e intimidad,

nos exponemos a nosotros mismos, nueva moneda de cambio;

en estado de shock constante, 

sobreinformación y sin capacidad de procesar;

la contemplación se ha secado por el calor del agobio.


Casi tétrico el retrato de la exhibición, 

Postmodernismo. 


viernes, 6 de agosto de 2021

Tiempos modernos.

Dolor. ¿Dónde te encuentras? Atrapado en el presente eterno, inhabilitado el sueño del futuro.

¿Cómo exponerme a mí mismo frente al folio que no llora conmigo? Y justo ahí recuerdo, que pocos tienen la dicha de llorar frente a alguien, por lo que ello supone, romperse. 

¿Qué clase de vacío atemporal es éste? Donde reina lo efímero, volátil y cenizo. Lo externo no existe sino como una extensión de nosotros mismos a causa de la ruptura con el otro. ¿Es ésto hacerse mayor?

Las barreras y murallas cada día son más anchas, cada vez nos escondemos mejor en nosotros mismos.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

La noche erró por los rostros cansados
de un ritmo, de un horario, sin un por qué
Y el sol teñía de belleza el cielo
que por lo menos, algunos pocos veían.

El romanticismo quedó en la inocencia del iluso,
el amor en el tintero y en la pluma miedo. 

sábado, 14 de noviembre de 2020

"Jamás permití que el ruido no me dejara escuchar" 

A día de hoy.

 A día de hoy la política es una cortina de humo. Se ha transformado en un espectáculo que hace que te posicionarte a favor o en contra de sus actores, según la interpretación que se le de, serán villanos o héroes, incluso aún ellos sabiendo que ejecutan actos que dañan a los demás indistintamente del papel momentáneo que interpretan, en cuyo caso sería deleznable, o no siendo conscientes de ello lo cual dejaría en paños menores el supuesto rigor de lo que se hace, de lo que se dicta, de lo que es la política, regir por el futuro que se deposita en un voto.

El amor se ha convertido en miedo. La entrega ha sido cambiada por el término imposición y privación. El dar en sacrificio. Los vínculos en ataduras. Éso exudan las voces mediáticas, culturales y hasta públicas. Cuando una "preposición" se vuelve verdad universal, pasa a ser dogma. 

El debate acerca de la privacidad y la intimidad, tan candente hace no muchos años, no existe. Somos conscientes de que nuestros datos están enmarañados en alguna red. La realidad cambia, esta vez me atrevería a decir que la culpa ha sido de la normalización. ¿Qué valor tiene nuestra intimidad y nuestra privacidad?  ¿Cómo afecta éso a nuestra interacción con los demás, siendo justos con el tiempo y con nuestra esencia como humanos? 

La integridad, el honor, dar la palabra, la responsabilidad con los demás, es cosa de viejos, quizá de algún personaje ficticio o histórico. Lo verás como un haz de luz por las aceras cuando creas que caminas por un tembladeral de nihilismo. Pero desde luego, que los ecos son aturdidores, y muchos naufragaron en esta época donde las verdades son inexistentes y corrosivas, donde la evasión es medicina para el pensamiento, donde la vida, el futuro y la muerte, son víctimas de la asepsia, del shock. 

jueves, 5 de noviembre de 2020

Bianko

Trepando árboles trenzados

disfrazados de asfalto.

En un paraje próspero

dependiendo de los ojos.

De un trazo de línea,

se dibujan ciertos contornos.

A veces sueno áspero,

pero es por preguntar tanto.

Que muchas veces veo lo injusto,

y prometo que no soy el único,

pero seguimos siendo parte del indulto.

A la tiranía que nos ata,

A la cobardía que nos calla,

A la esperanza que no llama.

Y no soy de alabanzas,

pero me pregunto, desde cuando es que lleva extinto el hombre soñador. 


Y son preguntas que me hago

mientras piso este laberinto.

Veo ojos asustados, 

Veo ausencia de unos labios,

Veo deseo en ciertos rasgos,

pero a pesar de todo, aún seguimos separados.


Y me refiero a todos.