lunes, 18 de agosto de 2014

-Como querer a un corazón en ascuas-

Cómo recoger de las ascuas
y hacer que florezca
un corazón hecho ceniza,
un corazón ahogado.

Sembré flores, y recogí ramas.
Páramos andé, y me encontré.
Traté de hacer florecer flores sin ácido
y cristales sin filo.

Roto, en todos los aspectos, roto.

Las fuerzas a veces sólo son suficientes para respirar, a veces, ni para éso. El universo te hinca la rodilla en el pecho, y te golpea, cuando se te echa encima, cuando te aprisiona, ahí la realidad se deforma. Cuando vacío, en "eses", vuelves a casa y otra noche más te preguntas, qué será de ti... Cuando la noche parece eterna y todo parece que deja de importar, justo, en ése momento, una estrella fugaz vendrá a tu mente, y pensarás, ¿qué estoy haciendo?, en ése instante, sentirás la mediocridad más grande vestida de gala a tu lado, el hedor a pasado en tus sienes y el futuro amputado que cuelga de tus ojos, el dolor se intensificará y al entrar en la cama, te pelearás con las sábanas y te dormirás entre suspiros, evocando un día más, un día menos, tachando el calendario, para saber, cómo apagar el infierno.

Hundidos intentamos navegar por estos mares de luces, vidrios, metal y gente con cuerpo pero sin alma... A pesar de todo, navegamos... con naufragios, pero navegamos. Mas no nos salvamos de piratas, de perros y zorras de la urbe y de noches autodestructivas de descontrol y horror, como en una tragicomedia, como en una pintura surrealista, todo volatizado, rostros desencajados, todos con máscaras, todos con el corazón descuartizado, con más días perdidos que noches pendientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario