jueves, 18 de julio de 2013

El hogar está en ningún sitio.

El hogar se ha ido,
y no sé si es por huir o por ser virtuoso.

Huir de la sandez; lo grotesco; la fata de dudas; la agonía de unos,
para el regocijo de otros,
no lo sé.

Virtuoso por evitar abrasarnos y no empaparse de nuestra ignorancia,
ya que, podría hasta apagarse,
por evitar su destrucción.
Los humanos destruimos todo lo que tiene libre albedrío 
y no podemos controlar en nuestro vago intento de controlarlo.

En fin, no sé...Creo que es más lo primero que lo segundo,
pero a la vez más lo segundo que lo primero, 
y viceversa.

O quizá todo se resume en un paroxismo en la búsqueda de la Luna,
que ha dejado una oquedad como las polillas en el viejo roble.


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