Las cosas que de verdad me preocupan de la vida son la fugacidad de las personas, los sentimientos y la efimeridad de los mismos, el por qué de la maldad, el por qué del egoísmo, del odio.
¿Por qué? ¿No podríamos intentar comprender a los demás, ponernos en su lugar?
Y si desapareciera, ¿ qué pasaría? ¿ El mecanismo de engranajes de relaciones entre las personas seguiría igual? ¿Cambiaría algo mi inexistencia, mi ausencia? ¿Serían distintas las personas sin el pequeño grano de arena minucioso y minúsculo que he dejado en sus "entes"?
Entes, nuestro "soy", nuestra "esencia", nuestro "alma", nuestro yo" más profundo que sólo conocemos nosotros. Nunca dejaremos que nadie conquiste nuestra fortaleza amurallada e inexpugnable, ya que, ni nosotros mismos hemos sido capaces de conquistarla.

Que bonita la entrada.
ResponderEliminarGracias.
EliminarPalabras muy reflexivas. De esas que tocan el alma.
ResponderEliminarAbrazo.
Falta aún mucho por decir y demasiado que callar, intentaré hacer las cosas mejor. :))
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