sábado, 10 de mayo de 2014

Teatro de cafetería (parte 2).

Aquí hablan de compasión
y yo pienso en colgar
al que habla de ello.

Cómo pueden venderse,
predicar y defender
a los explotadores.
Yo los quiero sin cuello.

Si hablas de más te dirán
que vas de listo, y si callas
y aceptas los palos serás
un integrado más, sin alma
al que le patean el culo.

Los que más predican de solidaridad
son a los que más se la pela.
Se ve que la realidad cruda cierra puertas
pero si explotas y ríes, no rendirás cuentas.

En un país donde critican a los inmigrantes
se ve que sus principios los patrocinó la banca.

Mirarse al espejo es algo difícil,
sobre todo cuando el niño llora
y asoma por las pupilas y quiere jugar.
Mi único juez seré yo, será la hora
en la que mi aullido llegue a soñar
y los sueños, no se queden estancados,
porque los instantes sean pasto del olvido.

Nadie comprende su propia crisis...
Ya no puedo seguir escribiendo
porque a este ritmo insostenible
no llegaré a viejo...






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