viernes, 24 de enero de 2014

The Fountain.

Más que abatido, más que podrido. Con pirañas en los ojos más que lágrimas. ¿Qué ilusión queda más haya del mediodía? Si la mañana es el presagio de la noche. A veces incluso pierdo la confianza en mí mismo y el niño que un día fui se ahoga en la espiral del olvido. Quisiera perderme en el horizonte, fuera de todo. Qué valor tiene lo que hago si un día moriré y absolutamente nada de lo que haya hecho servirá para  nada.

Supongo que ésto es una autocrítica, o quizá una autodestrucción. No lo sé... Me gustaría no ser un loco que en todo ve drama. Ya no sé ni qué escribir, parece ser que la inspiración se fue...




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