Sintiendo que el corazón se me escapa del pecho
con sus alas grises y negras tintadas de desamor
Ya que me entregué a un buitre y los sentimientos se los comió.
No queda nada en esta vida ya en lo que crea, lo poco en lo que creía se fue tan rápido como apareció y sólo quedó poesía impía que servía para limpiar su pasado torpe y sucio. YA NO NECESITO MÁS AVISPAS EN MI JARDÍN. SÓLO QUEDA EL APOCALIPSIS.
Me rajaron el pecho y pusieron en bandeja mis sueños
mi lucha quedó redudica a un basurero en el que plantaba flores
mis musas fueron sustituidas por putas, histéricas y ninfómanas
No tengo más pretexto que el suicidio ahora, que todo me abandona.
No me vuelvas a pedir un hasta luego, un beso de despedida.
Que te los de él, que te cunda él, ya que se ve que mi amor sincero y entregado no te cundió.
Adiós, no me vuelvas a escribir,
que otro se ocupe de arrancar pétalos a la noche por ti,
que otro consiga entender el entramado de tu vida,
que es tan duro y frío, que lo haga otro.
Se ve que mi entrega no fue bastante,
y fue traicionada vilmente, vestida de gato.
Ahora quizá entiendas esta ansiedad inconforme,
esta depresión tan vivaz.
Que te aproveche mi olvido,
que será lo más sincero después de mi amor traicionado.
Ya tuve mil primaveras con lunas llenas,
con sabor a soledad y tabaco.
Ya tuve mil vísperas de después,
esperando a la compañía de un alma honesta.
Se acabó esa sonrisa compasiva, que tras tanto,
seguía a tu lado y perdonando.
Todo éso, se acabo, tú lo has conseguido, tú sola.
Tú sola conseguiste volverme así.
Yo quizá fui demasiado abalanzado hacia tus brazos,
que tras la espalda, escondían un puñal.
Yo quizá fui, demasiado niño,
demasiado inocente contigo,
aunque otras experiencias me lo advirtieran.
Pero todo éso, se acabó.
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