domingo, 8 de diciembre de 2013

No.

No, me niego a vivir como el resto adoctrinado y sin aliento. Con la única intención de conformarme con todo. Me niego. Lucharé y lucharé por mis sueños, y sea cual sea el impedimento lo derribaré a base de golpes si hace falta, y si se me desgastan los puños, seguiré golpeando aunque sea con las piernas pegando patadas, sea lo que sea lucharé.

Caminaré por los desiertos si hace falta, pero mis sueños no se deshidratarán. Qué me golpeen, que me griten, que me insulten, que me prohíban, pero jamás me matarán la ilusión. Que esos que tanto creen en la formalidad se pudran en su tristeza rutinaria, yo me niego a hacerlo. Y si alguna vez caigo, me levantaré una vez más por cada vez que lo haga, pero jamás me arrodillaré, pueden hacer que muerda el polvo y entre dientes grite que los odio pero me levantaré. Mis sueños están por encima de todo, y si no los puedo cumplir, prefiero morir.

¿Qué piensan las personas que sólo viven por inercia? ¿Qué piensan los que se ahogan en el vaso de la monotonía? ¿Qué piensan los que su ideal es mejor que el de otros? ¿Qué piensan los que se conforman con lo que dan sin llegar a dar el máximo?

Sólo espero poder levantar el puño en alto contigo al borde del acantilado de la vida, y que no nos reproche nada el viento, porque nosotros habremos vivido sin colmar el vaso con las gotas de la tristeza, porque lo habremos llenado de algo mejor, de alegría.


¿Que qué quiero ser de mayor? Yo quiero ser feliz, quiero ser el niño que en su día fui.

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