domingo, 15 de septiembre de 2013

Recitando al son de los latidos.

La línea que difiere en nuestras almas, es infinita. Destapemos a la inmundicia, lo mundano, estamos fusionados en el canto de la Luna .La luna nos acuna en las noches sin que sea posible el roce de nuestros cuerpos.

Nos da  esperanza por un mañana juntos, por eso no podemos reprocharle nada, ni que se vaya para darle paso al Sol, que es un traidor, que quema los sueños y hace del trabajador un esclavo; lo digo y lo diré, la noche alimenta los sueños. Yo tengo hambre de sueños, es decir, de ti; pero sale el sol y me quema con su primer rallo, que para mí, se asemeja a un golpe directo en la sien, me mata las esperanzas, al contrario que piensan los optimistas que es un signo de esperanza, para mí no es análogo. Lo único que me da vida, eres tú, no el oxígeno, ese falso amigo que al contrario que creen muchos nos da la vida, yo creo que es un veneno que nos embriaga y al final, nos mata, tú eres mi antídoto, mi ungüento para el corazón.
Estoy cansando de tanta banalidad, muchos se ensucian la boca con palabras adocenadas, están amansados, domesticados, tienen al sentir metido en un redil; “la ciudad es un nido de avispas, y yo me presento con un ramo de flores para ti”. Tus ojos fueron el sacramento, que a mi gato no mataron, al contrario, renació sabiendo.  Un poeta dijo una vez: “Todas las canciones de amor están llenas de mentiras”, aunque yo puedo añadir que jamás mis ojos fueron un aflujo de tanta pureza, que transformaron los sentimientos en un agua cristalina y celestial.

La distancia es una cuerda en tensión que espero que jamás se rompa, a la tensión le digo que se ande con reojo, que una mente nerviosa es una mente ofuscada, y la tranquilizo con la idea del futuro, del porvenir. Fregaré las esperanzas que vomité por ojos y por qué no, por mi boca, y aunque suene pueril, me bebí esas esperanzas, tú me diste fuerzas para ello.

La poesía son unos grilletes que uno lleva consigo siempre, en el interior. Cuando más escribes, más se te despierta el hambre por escribir, y tu voracidad, aumenta. Cada vez te cuesta más y más vivir sin poesía y para mí, poesía eres tú. Recitar al ritmo de tus latidos, al compás de tus gemidos, eso es poesía. Tocar tu cuerpo como las cuerdas de una guitarra, eso es poesía. Lamer los poros para que en mi lengua emanen sensaciones inexplicables, eso es poesía.  En consecuencia, y por tanto, poesía, ERES TÚ.
A veces me tacho de loco, ¿ puede que lo esté?, creo que la respuesta es sí. Loco por ti. Soy un loco de atar, que espera ser atado a la pata de tu cama, para ahí cenar todas las noches. Las manos serían los cubiertos, nuestros fluidos serían el líquido que saboreamos cuando hay sed, los besos el entrante, los cuerpos el segundo plato y el postre, bueno, el postre  es en sí, todo. Todo es dulce, amargo, salado, agrio; lamiéndote y devorándote explosionan en mi paladar todos los sabores posibles. Sólo encuentro una palabra para definirme, LOCO.


Encontré en tus brazos el refugio más cálido en invierno, y más fresco en verano. Sentí mil primaveras en mi vientre al verte sonreír. El otoño fue la despedida, nunca sufrí tanto. Aunque bueno, miento, sí he llegado a sufrir más, y es por no tenerte aquí.


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