Préndete en un baile con mis ojos,
arde en mis delirios y despréndete de relojes.
Danza con la noche y sus despojos,
apréndete mis susurros de entonces.
-Farolero, ¡ay enciende la vela!,
que el tiempo es como una mecha,
se prende pero no espera.-
Sirena, nada en la resaca del mar,
entre la alta y baja aurora,
que por allá están aullando los grillos,
que están embriagándose por algún lar.
La cena ya está servida,
la cama será la mesa,
las manos los cubiertos,
y nuestros fluidos ahitarán para mantenernos despiertos.
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