Les parece fácil mirar sin protección.
Cada palabra fue extremadamente sentida.
Mejor no volver como un delirio.
Toda mascara acaba por quedar invalida.
Todos observan una historia diferente.
Vértigo imantado a mis caídas arrítmicas.
Una danza para la música del tiempo,
1636, del pintor francés del Barroco Nicolás Poussin,
Colección Wallace, Londres
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