miércoles, 22 de febrero de 2017

-La cal-

¿Quién barrerá la cal del dolor?
Subí a las nubes en una ilusión amorfa,
sensaciones abstractas
y realidad nefasta.

Lo peor de los golpes 
es que dejan heridas,
que ni el veneno más caro,
en antros, logrará calmar.

Cuando la mirada te delata, 
las pestañas no suspiran,
por un poeta de pacotilla, 
por un hombre de barro,
mojado, que se disuelve en café.

Somos lo que plasmamos,
en lo efímero de un momento,
que quizá no se convertirá
ni en recuerdo.

Y tal vez, ni siquiera,
en olvido, puesto que los días
son la inercia por la que vivimos.

Que no te vendan otro cuento...

Principios vendidos y dignidad prostituida.
A lo mejor todo, es más un simil, 
de lo que es realmente la vida,
y si es así, la vida pierde todo sentido,
pues yo vivo de ideales 
y de momentos hechos eternos-


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