martes, 2 de septiembre de 2014

-El niño me mira-

Otra noche
 de beber
y el niño 
que llevo dentro
se desploma.
Me vuelva whisky 
y lagrimas
que detonan.

Busco el trance
y la paz
como un budista
en un mundo 
de puro azar.

Y más que paz
encuentro caminos
al pasar
con más espinas
que pensar
con más que mierda
perfumada
que delata.


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