Cuando la madrugada no sea el gotero que alimenta el alma alienada,
Cuando los péndulos de la realidad no contrasten mis inquietudes,
Cuando la mirada contaminada atraviese el vaho de las humedades,
Cuando la abstracción impere en la acción tanto como en nada,
Creo, y sólo creo, que entonces, podremos salir de paseo,
por paisajes sin telón, abanderando nuestro yo puro,
sin miedo al prejuicio, y con el corazón desnudo.